Esta expresión resume la promesa divina hecha a Abraham en el Libro del Génesis, capítulo 12, versos 2-3. Enfatiza que quien bendice a Israel también recibirá la bendición de Dios. Es un reconocimiento de la importancia de Israel en los propósitos de Dios y la bendición que proviene de apoyar al pueblo de Israel.
REVISTA FLORECIENTE 7
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